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sábado, 28 de mayo de 2011

El turismo: un sector económico mundial

El turismo: un sector económico mundial

¿CUÁNDO fue la última vez que dijo: “Necesito unas vacaciones”? Quizá creyó que ya no aguantaba más las tensiones diarias. ¿Ha hecho algún viaje de placer a un destino lejano? Piense en esto: hace tan solo un siglo, la mayoría de la población mundial no tomaba períodos regulares de vacaciones. Es más, casi toda la gente pasaba la vida entera en un radio de unos cientos de kilómetros de su lugar de nacimiento. Los viajes culturales o de placer a lugares lejanos eran prerrogativa de un reducido grupo de aventureros o personas acaudaladas. En cambio hoy, cientos de miles de turistas recorren el país en el que viven o incluso el planeta. ¿Qué propició este cambio?

Con la revolución industrial, millones de trabajadores intervinieron en la fabricación de bienes y en la oferta de servicios, lo que incrementó los ingresos y, con el tiempo, el dinero disponible. El progreso de la tecnología también permitió la creación de maquinaria que realizaba gran parte de los trabajos que requerían mucha mano de obra, lo cual proporcionó más tiempo de ocio. En medio de estas circunstancias, a mediados del siglo XX se abrieron las puertas al turismo con la llegada de un transporte público más asequible. Posteriormente, la recién inventada televisión estimuló el deseo de viajar transmitiendo imágenes de lugares lejanos.

El resultado fue un rápido desarrollo del sector turístico mundial. La Organización Mundial del Turismo (OMT) anunció que la cantidad de viajeros internacionales pasaría de 613 millones en 1997 a 1.600 millones para el año 2020, sin que se previera entonces ninguna disminución. Esta alza de la demanda se vio acompañada de un incremento correspondiente en la cifra de comercios, centros de vacaciones y países que ofrecen servicios turísticos.

Muchos países entran en el mercado turístico

Lo ideal del turismo es que todos ganan. El cliente escapa de su rutina, y se le mima, entretiene o educa. ¿Qué recibe el sector turístico a cambio? El turismo internacional es una buena fuente de divisas para los países, la mayoría de los cuales las necesitan para pagar sus importaciones de bienes y servicios.

De hecho, “el turismo internacional es la actividad económica que genera más divisas en el mundo y un factor importante en la balanza de pagos de muchas naciones. Los ingresos en moneda extranjera procedentes de dicho sector ascendieron a 423.000 millones de dólares en 1996, lo que superó las exportaciones de productos derivados del petróleo, vehículos de motor, aparatos de telecomunicaciones, textiles o cualquier otro bien o servicio”, decía un informe de la OMT. Y añadía: “El turismo es el sector que registra mayor crecimiento en el mundo”, y en su día representaba “hasta el diez por ciento del producto interior bruto mundial”. No sorprende que la mayoría de los países, entre ellos hasta algunos de la ex Unión Soviética, participen —o se apresuren a entrar— en este mercado internacional.

Los ingresos estatales provenientes de esta actividad se usan para mejorar infraestructuras, elevar la calidad de la educación y satisfacer otras necesidades acuciantes de la nación. Dado que el turismo genera puestos de trabajo, calma, en parte, otra inquietud común a prácticamente todo gobierno: que sus ciudadanos estén empleados.

Para demostrar la influencia que el turismo es capaz de ejercer sobre la economía de un país, tomemos por ejemplo a las Bahamas, pequeño estado insular que se extiende a lo ancho de la entrada del Golfo de México, entre Florida y Cuba. Estas islas no cuentan con una agricultura comercial a gran escala ni con apenas materias primas para la industria. Pero, en cambio, gozan de un clima templado, playas tropicales vírgenes, una amigable población de 250.000 personas y la proximidad de Estados Unidos, combinación de atractivos que se ha traducido en un próspero sector turístico. ¿Qué se requiere para ofrecer a los visitantes unas vacaciones agradables y seguras?

Cómo satisfacer a los turistas actuales

Cuando comenzó el turismo internacional, la mera experiencia de visitar un país extranjero era lo bastante exótica para satisfacer a muchos viajeros, pese a las dificultades propias de viajar en aquel tiempo. Hoy, sin embargo, la televisión y otros medios de comunicación permiten que mucha gente se haga una idea de los destinos turísticos lejanos sin abandonar la comodidad del hogar. Los centros de vacaciones tienen ahora la difícil función de convertir una visita real en una formidable experiencia, ofreciendo igual o mayor comodidad que la de casa. Además, dado que muchos turistas viajan a menudo, los destinos compiten a escala mundial.

Esta competencia ha dado pie a la creación de centros y atracciones espectaculares. Veamos, por ejemplo, un enorme hotel de lujo de las Bahamas. “El complejo se ha diseñado para que su estancia sea inolvidable —dice Beverly Saunders, directora de organización del hotel—. Pero nuestro objetivo va más allá. Deseamos que la relación con la gente del lugar también sea inolvidable.” ¿Cómo satisfacen estos centros las necesidades de sus clientes?

Entre bastidores

“Cuando el complejo, de 2.300 habitaciones, está al completo, la cifra de clientes que hay que atender a la vez oscila entre 7.500 y 8.000 —explica la citada directora—. Las dificultades de organización son enormes. Es como si dirigiéramos una ciudad pequeña, pero con obstáculos añadidos. Hemos de contar con alimentos a los que nuestros clientes están acostumbrados. Pero si sus vacaciones han de ser inolvidables, también tenemos que ofrecerles comidas exóticas y oportunidades de divertirse. En muchos centros turísticos, el 50% del personal de apoyo, como mínimo, se encarga del servicio de comida y bebida.”

Con todo, I. K. Pradhan, en su ensayo “El impacto sociocultural del turismo en Nepal”, observa que “de todos los factores que contribuyen al auténtico placer y disfrute de un viaje, no existen otros más importantes que el trato que los turistas reciben de los lugareños y la sensación de seguridad que sienten”.

¿Cómo consiguen potenciar al máximo la satisfacción en estos campos los principales centros turísticos del mundo? “Preparando al personal, recalcando una conducta determinada y corrigiendo lo necesario; es un constante intento de dar siempre un servicio de máxima calidad”, responde una directiva que supervisa la preparación de la plantilla en el hotel más importante de las Bahamas. “La mayoría de los bahameses son afables por naturaleza. Pero en el lugar de trabajo no siempre es fácil esbozar a todas horas una sonrisa, ser sociable y agradable. Por eso, a nuestros empleados les inculcamos que, sin importar la función que cumplan, tienen que llevarla a cabo con la misma profesionalidad que caracteriza a los médicos, abogados y agentes de seguros. Nos regimos por estrictas normas internacionales en todas las facetas que componen la experiencia turística. Cuanto mayor sea el ahínco con que trabajemos en equipo por estar a la altura de tales normas, tanto más homogéneo y alto en todo aspecto será el nivel de servicio.”

La otra cara de la moneda

Si ha hecho algún viaje, ¿se ha dado cuenta de que por bien que lo haya planeado siempre se presentan gastos imprevistos? Al sector turístico le sucede lo mismo.

“El turismo tal vez aporte muchos beneficios a nuestra sociedad en vías de desarrollo”, dice Pradhan, antes citado. Sin embargo, señala que sin las medidas oportunas “también pueden surgir problemas sociales sin solución”. Y añade: “[Tenemos] que estar bien preparados y ser conscientes de las diversas repercusiones del turismo moderno”. ¿A qué problemas alude?

“Las naciones receptoras de ingentes cantidades de turistas casi siempre sufren, aunque sin proponérselo, una grave desintegración de su forma de vida tradicional, lo que ha hecho que en algunos lugares desaparezca la cultura autóctona.” Así es como define una de las frecuentes consecuencias Cordell Thompson, alto funcionario del Ministerio de Turismo de las Bahamas. Thompson habla con orgullo de todos los beneficios que el turismo le ha reportado a su país; aun así, admite los muchos otros efectos imprevistos que produce vivir en una región en la que los turistas siempre superan en número a la población o representan una gran proporción de ella.

Por ejemplo, algunos trabajadores del sector, a la larga tienden a imaginar, equivocadamente, que los visitantes están siempre de vacaciones. Quizá ciertos residentes se vean tentados a seguir este modo de vida imaginario. Otros no lo hacen, pero como pasan mucho de su tiempo libre en los centros turísticos, terminan perdiendo su estilo de vida tradicional. A veces, las instalaciones para los turistas son tan populares entre los habitantes del lugar, que los centros culturales autóctonos van decayendo hasta que, en algunos casos, desaparecen.

Muchos destinos frecuentes del turismo internacional se hallan ante un dilema: aceptan de buen grado los beneficios económicos que aportan las avalanchas de visitantes; en cambio, les agobia el peso de los problemas sociales que generan los negocios creados para satisfacer los deseos ilícitos de los turistas.

El turismo sostenible

Como algunos de los mayores beneficios del turismo moderno producen efectos que amenazan su propia existencia, se escucha cada vez con más frecuencia la expresión “turismo sostenible”. Tal expresión demuestra que hay quien se da cuenta de que los beneficios a corto plazo de algunas actividades turísticas amenazan con matar la gallina de los huevos de oro. Si se pretende mantener el sector indefinidamente, habrá que tratar varias cuestiones de difícil solución.

Entre los criterios a menudo contrapuestos que tendrán que armonizarse en el futuro figuran el impacto del turismo en el medio ambiente y en las culturas autóctonas, así como la compatibilidad de los objetivos económicos de los hoteles y centros turísticos con los objetivos de la nación receptora. Durante los últimos meses, el tema de la seguridad ha ocasionado graves pérdidas al sector turístico, y es un asunto que habrá de atenderse. Queda por ver cómo afectarán a largo plazo todas estas cuestiones al crecimiento del turismo moderno.

La próxima vez que decida hacer una escapada y relajarse en un hotel lejos de donde vive, tal vez no dé por sentado este sector económico mundial: el turismo nacional e internacional.

De nuestro corresponsal en las Bahamas

g02 8/2 págs. 12-14

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